El Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, de 573 kilómetros de extensión, atraviesa cuatro provincias y permitirá incrementar la capacidad de evacuación del gas de Vaca Muerta.
Por Ignacio Ortiz
La habilitación operativa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) permitirá iniciar, desde este martes, el proceso de llenado del ducto de 573 kilómetros de extensión que incrementará la capacidad de evacuación del gas de Vaca Muerta.
La obra de ingeniería, considerada como la más importante de los últimos 50 años, se concretó en un plazo récord de 10 meses, atravesó cuatro provincias: desde la planta de tratamiento de gas en la neuquina Tratayen, emplazada en el corazón de Vaca Muerta, pasando por Río Negro, La Pampa, hasta la localidad bonaerense de Salliqueló.
La construcción que estuvo a cargo de la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) cumplió los plazos previstos y estará lista el martes 20 de junio tal como planteaban los pliegos de licitación con el diseño del proyecto encarado en tres frentes de obras simultáneos que estuvieron a cargo de las empresas Techint, Sacde y BTU.
La magnitud de la primera etapa del gasoducto tendrá un impacto acorde en el suministro de hasta 21 millones de metros cúbicos (m3) de gas cuando en los próximos meses se complete la instalación de las plantas compresoras, lo que permitirá reducir las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL), así como el gas natural proveniente de Bolivia y la electricidad de países vecinos.
Tan solo este año se prevé que el gas incremental que ofrecerá Vaca Muerta a través del GPNK permitirá un ahorro superior a los US$ 2.000 millones en importaciones, de acuerdo con cálculos oficiales, un monto que se podría duplicar a partir del 2024.
Desde lo técnico, este martes se procederá a la puesta en funcionamiento de la estación de medición de la planta de Tratayén, y la habilitación de los primeros 29 kilómetros de ductos como parte de las fases de barrido de limpieza programadas y presurización de las cañerías.
Así, de forma progresiva se habilitará el resto de las cinco etapas con la inyección de unos 25 millones de m3 de gas natural, que culminará el 9 de julio próximo con el acto inaugural formal de la obra.
La operatoria estará a cargo de la compañía transportadora TGS, con la cual Enarsa firmó en las últimas semanas un contrato de cinco años.
TGS tendrá a su cargo la operación y mantenimiento de la primera etapa del gasoducto, situación que no significa una concesión ya que la titular es la empresa Energía Argentina.
A esta instancia le seguirá en los próximos meses la etapa de licitación del Tramo II del GPNK que continuará la traza por otros 467 kilómetros desde la localidad bonaerense de Salliqueló, hasta San Jerónimo, en el sur de Santa Fe.
El antecedente inmediato será la actual etapa que se construyó en un tiempo récord de 178 días, plazo que se cuenta desde que se concretó la primera soldadura, el 16 de noviembre de 2022, en Salliqueló, y la última realizada en la provincia de La Pampa, el 11 de mayo, a la altura de la localidad de La Reforma.
Para el tendido se soldaron en promedio 5 kilómetros de caños por día en los tres frentes de obra, para lo cual por primer vez se usaron en la Argentina soldadoras automáticas, la tecnología más avanzada a nivel mundial que reduce los tiempos de obra.
Para completar los primeros 573 kilómetros de proyecto se utilizaron más de 47.700 caños de acero de 12 metros de largo, que fueron trasladados mediante 11.925 viajes en camión que partieron desde la planta de Tenaris en la localidad de Valentín Alsina, en el sur del conurbano bonaerense, hasta cada uno de los tres frentes de la obra.
Ese periplo de caños se concretó mediante la realización de más de 60 viajes de camión por día, para el traslado de todas las cañerías que en conjunto pesan aproximadamente 300.000 toneladas, es decir el equivalente a 4.285 Obeliscos porteños.
Durante estos diez meses -un período que muchos especialistas consideraban que no se podía hacer en menos de 24 meses-, más de 3.000 trabajadores se distribuyeron a lo largo de los distintos frentes en que se encaró el tendido de caños, lo que permitió acelerar la construcción y afrontar desafíos técnicos particulares como el cruce del río Colorado logrado apenas semanas atrás.
Pero en total se estima que fueron 50.000 las personas que se vieron alcanzadas de manera indirecta por la demanda que atendieron cientos de pymes proveedoras y el movimiento que disparó la activación de las pequeñas economías de localidades cercanas.
Las empresas contratistas de los tres renglones en que Enarsa dividió la obra movilizaron 1.500 equipos en tiempo récord, incluyendo la última tecnología disponible en el mundo como las plantas de doble junta y equipos de soldadura automática, inéditas en el país.
Pero la puesta en marcha del GPNK es a la vez considerado el punto de partida de otras obras complementarias que irán finalizando la obra en los próximos meses como los 79 kilómetros del nuevo gasoducto Mercedes-Cardales, y el loop de ampliación de 23 kilómetros del Neuba II.
A partir de ahora también se espera que el Ministerio de Economía defina el llamado a Licitación para la construcción de Tramo II del GPNK, cuyo financiamiento se negocia con bancos chinos a través de la empresa Power China, y con el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (Bndes).
Otro gran desafío a encarar para permitir la llegada del gas natural de Vaca Muerta a todo el país y a los mercados de exportación, es la ya anunciada reversión del Gasoducto Norte, una obra que permitirá dejar de depender del flujo de Bolivia que alimenta la demanda de las provincias, industrias y centrales térmicas del Noroeste.
Télam.